4/29/2013

Conclusiones tertulia literria de La casa de Bernarda Alba

Tertulia sobre La casa de Bernarda Alba de Lorca

El 25 de abril, jueves, en la Biblioteca a las 16:20 nos volvemos a juntar un grupo de tertulianos variado, algunos alumnos y alumnas, algunos padres y madres, algunos profesores y profesoras…y esta vez nos reunimos alrededor del insigne Lorca y su obra teatral La casa de Bernarda Alba.

Se discutió si realmente era una obra que pudiese o no considerarse feminista. Es cierto que podía considerarse así por presentarnos con gran agilidad una situación donde unas mujeres se ven sometidas al yugo de su madre que les obliga a guardar luto durante ocho años. Pero en realidad, según otro tertuliano, la gran lectura es el deseo más sexual e inevitable de las mujeres, que se enamoran y desean al mismo hombre, a ese instinto primario que les lleva a ser absolutamente injustas e insolidarias. Realmente, como comentó otra tertuliana, ellas desean salir del yugo de su madre para caer en otro yugo igual o peor, el del hombre. Ese impulso sexual que tan bien representa el caballo que anda inquieto en la cuadra, como inquietas están sus almas. Una tertuliana comenta que ella se quedó con las ganas de saber como era ese Pepe Romano que las volvía locas, pero nada se dice de él, ni siquiera en la película se le ve bien, destaca más su caballo que él, de nuevo el caballo con lo que simboliza para Lorca de virilidad. Esa sexualidad permanente, a pesar del encierro, o quizá acrecentada por él, se refleja también en los segadores y los calores de los que hablan las hermanas al verlos pasar.

Pero…¿Alguna de ellas sentía amor por Pepe? Angustias se va a casar con él, pero en el fondo ella sabe que él le oculta algo, sus hermanas comentan que viene a por su dinero, pero saben que desea a Adela, de hecho mantendrá relaciones con ella. Dos tertulianos discuten si lo que siente Adela por Pepe es amor o masoquismo. Según un tertuliano ella está dispuesta a irse a una casa a ser su amante, aunque todo el pueblo la desprecie, aunque la arrastren o la traten como si fuese una cualquiera: “me pondré delante de todos la corona de espinas que tienen las que son queridas de algún hombre casado””me verá cuando quiera, cuando le venga en gana” …y esa pasión sin lógica ¿es el amor?. Un tertuliano opina que sí, que la pasión y el amor son así, incontrolables, fuertes, exagerados…Otra tertuliana no está de acuerdo, el amor que llega a estos extremos deja de ser amor y se convierte en obsesión o masoquismo, no en amor. Otra tertuliana comenta que es el amor obsesivo de sin él no soy nada, que origina tantas frustraciones, de hecho Adela ya no es nada sin Pepe y, cuando piensa que Pepe ha muerto se suicida. ¿Es el amor de que su vida ha perdido sentido tras la muerte de su amado o la desesperación de saber que no va a poder salir nunca de aquella casa que es un infierno?

Otro tertuliano comenta cómo se ven las distintas clases sociales. Están ellas que son ricas, pero dentro de ellas se distingue Angustias de las demás. Después están las criadas, entre las que también hay jerarquías, está la Poncia, que lleva toda la vida sirviendo en la casa, y la criada, que no tiene ni nombre. Por otro lado todavía se sigue estratificando, ya que por debajo de ellas están las personas que van a pedir por las puertas. Esta estratificación queda clara, la Poncia intenta hablar con Bernarda y le pregunta si tiene confianza, y esta le responde que no, que ella le sirve y le pagan, pero después acude a ella para saber de los cotilleos del pueblo en varias ocasiones. Esta estratificación se ve incluso en la muerte. Al muerto, al segundo marido de Bernarda, lo entierra un sacerdote, y al padre de una de las criadas un sacristán y con un mal nombre.

Por otra parte para llegar al mandato de Bernarda, fue necesario que muriesen los dos maridos de Bernarda, para quien ningún pretendiente es bueno para sus hijas, pero ella se ha casado dos veces. Realmente el hombre sigue gobernando la situación, se va a casar con Angustias, se enrolla con Adela y enamora a Martirio, que sufre de no poder tenerlo…Deseo, decepción, amor, odio, …todo aparece en la obra…en esta obra de pequeño tamaño y gran creatividad.

Una tertuliana destaca la importancia de la figura de la madre de Bernarda, María José, que, aunque supuestamente está loca, es la única que le dice a Bernarda la verdad y que trata de luchar contra ella para defender a sus nietas, como hacen siempre las abuelas, incluso desde su locura, sale con su traje de novia diciendo que se quiere casar, que quiere alegría y niños, vida…por eso después sale con un corderito, intentando buscar la salida…Ella lucha en su encierro por la libertad y por estar con un hombre…porque al final, como comenta otra tertuliana, todo comienza y acaba igual, con una muerte, y con yugo similar.

También está presente el tema de qué dirán, así Bernarda critica a los que vienen al entierro, a las vecinas y está segura de que ellas la critican a ella. De hecho es insensible ante la muerte de su hija y sólo está preocupada por su virginidad, porque las vecinas sepan que murió virgen…ni una lágrima, de hecho hasta le prohíbe llorar a una de ellas. Dice Bernarda: “Yo no me meto en los corazones, pero quiero buena fachada y armonía familiar”.

El linchamiento que hace el pueblo de la mujer que había dado a luz y lo había matado que ellas observan desde las contras, hace que Adela se angustie, quizás pueda pasarle a ella, pero el resto desean ese linchamiento (Bernarda: ¡Matadla!¿Matadla!), quizás por esa envidia de ya que yo no puedo, que no pueda nadie…Quizás ese mal de muchos…Esa envidia insana que hace que en vez de ayudarse y luchar juntas contra Bernarda, se estén continuamente insultando y faltando al respeto…si se hubiesen ayudado o tratado con amor ¿hubieran podido con Bernarda? Pero esta también sería otra historia. Pero Adela siente el dolor de esta mujer en sus entrañas, en su vientre…dolor primitivo y muy simbólico, tal como apunta otro tertuliano, consecuencia de la realización del acto sexual, del parto, de la vida misma…

El sufrimiento que respiramos en este ambiente claustrofóbico, que destaca otra tertuliana, que se acentúa con el calor que nos dice en la obra que hace, y que hace que sea más asfixiante, ya lo vemos en los propios nombres de las hijas: Angustias, Martirio…Dice Bernarda: “En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas”.

Un tertuliano comenta ¿y si en vez de Bernarda hubiese sido Bernardo? ¿Hubiese sido la misma historia? La tertulia opina que no. Que no hubiera sido igual.

Los esteriotipos de la mujer en la época se ven en diversas citas leídas: “Magdalena: …Prefiero llevar sacos al molino. Todo menos estar sentada días y días dentro de esta sala oscura.

Bernarda: Eso tiene ser mujer.

Magdlena: Malditas sean las mujeres.

Bernarda: …Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón”

La Poncia les repite también que el hombre casado primero cambia la cama por la mesa y después por la taberna y hay que adaptarse a esto. Ideas que a una tertuliana le recuerdan las consignas fascistas de los consejos a las mujeres: “No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos.  Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás disgustos…No procures descubrirlas, no le preguntes y, desde luego, que no te vea llorar jamás. ..”

            También hemos tratado el tema de la muerte, de los entierros, de todo lo que los rodea. Un tertuliano comenta que era la manera antigua de mitigar el dolor en una época sin fármacos…Está claro que todos sentimos que lo que rodea a la muerte es un acto social, los que sienten el dolor, el núcleo familiar, se ve arropado de los suyos en un intento de mitigar el dolor, de pasar como en un sueño ese dolor, la presencia de personas ajenas a este dolor, conocidos, vecinos, amigos…ayudan a superar, al menos momentáneamente, el dolor de la pérdida, te entretiene…Es cierto que se convierten en reuniones de vecinos y familias, con todas las luces y sombras que ello origina…son ritos necesarios y que aparecen en todas las tertulias, cada una e su estilo, pero muy parecidas todas ellas…Una tertuliana comenta que ella se lo ha pasado bien incluso en algún entierro, aunque suene horrible decirlo…y lo cierto es que uno no sabe muy bien cómo actuar cuando se muere un familiar de un amigo al que tú no conoces demasiado…y acabas yendo a visitar a tu amigo, aunque tú no lo sientas por el muerto (al que a lo mejor apenas conoces), sino por tu amigo y a veces este desconecta o desahoga mejor la presión. Otras serás un estorbo…pero ¿cómo saber cómo actuar en cada momento? Esto se está perdiendo en la ciudad, pero en los pueblos siguen siendo un acto social importante y bastante concurrido.

 

 

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